La mirada

Estática,

la mirada es

el grito ahogado

del desconsuelo; 

perdida,

es el llanto postergado

del olvido; 

triste,

es la súplica absurda

del perdón; 

pobre niño,

deambula su vida

de desamparo,

derramando penas

desde el inerte extravío

de su mirada. 

 

 

 

 

 

 

 

Inventario de la ilusión 

Que no sea absurdo esperar

con las palabras una sonrisa

y una caricia en el consuelo

y las manos solidarias;

pensar en un mejor futuro

de la libertad compañero;

por fin derrotar a los miedos

aún agazapados dentro mío

opacando mi mirada;

que ya no tenga que perder

un solo afecto más,

que no exista el adiós

ni el alma tan dolida

frente a una partida;

que tengan justo castigo

los usurpadores del hombre,

los asesinos del mañana

que destrozan la esperanza;

que perdure el amor

y eterna sea la pasión;

que no importe el tiempo;

que el olvido no lastime

a mis recuerdos más queridos,

ni el egoísmo empañe

lo que mi vida ampare;

que tenga sentido el camino

y no se pierdan mis pasos;

que las voces acompañen

a mis soledades;

lograr hallar la riqueza

de aprender a ser buena;

que el sol de cada mañana

entibie el vuelo de mi mente;

poder agregar a diario

una ilusión a mi inventario. 

 

Breve Nº 12

Rastros ajenos,

tramo a tramo,

en elegidas caricias

atrevida es mi piel

que nada olvida;

la de mis trémulas manos

sintiéndose eterna,

como la de mi boca ansiosa

en el hambriento beso,

preludio de la pasión

entibiando mi espalda,

recorriendo mis muslos,

erizando mis pechos,

estallando por dentro. 

Atrevida es mi piel,

que se olvidó del tiempo

porque nada olvida. 

 

Y mientras 

Y mientras, ahí afuera

se debate la vida,

sostén incansable

de la libertad,

esa amiga infalible

que asiste sin temores

a la actitud cotidiana

que rescata las almas

para que renazca el hombre. 

Y mientras, ahí adentro

de todos y de cada uno,

se debate también la vida

cuando paralizan las dudas

al pensamiento inquieto,

al corazón revuelto

y a las manos activas. 

Y mientras

en las calles de mi país

se impacienta el futuro. 

Semejanza

Se parece a mí

esa figura inquieta

que sale a hurtadillas

por entre mis pestañas

cuando madura la noche

y cede mi cansancio; 

no alcanzo a oírla,

pero podría asegurar

que su voz es la mía; 

apenas la distingo

caminando a oscuras,

adivino sus pasos

siguiendo mi huella

hacia atrás. 

Soy esa misma sombra

repetida en mí misma

y en mi sendero. 

Lágrimas argentinas 

Humedecen las calles,

caen y ruedan y gritan,

no se resignan

las lágrimas argentinas. 

Añora mi mente

la voz sin aspereza,

quiere huir del embate

que en mi país abate

la esperanza de su gente;

los opacos grises se acaban

cuando intentan alcanzar

el orgullo y sus ecos. 

Se hunden en los huecos

de los viejos adoquines

las lágrimas argentinas. 

Triste alma deambulando,

que de tan triste es dolor puro

refugiado en el susurro

de almas gemelas buscando

desterrar la amargura. 

Difícil, es tan difícil

poder olvidar,

poder olvidar

para poder recordar

la fuerza que da amar. 

Si hasta la última estrella

parece demorar su paso,

casi cansada acaso

de transitar noches de penas,

hurgando en medio del llanto

para encontrar una sonrisa. 

Serpientes las rodean,

ángeles las consuelan;

gimen y aman y ruedan, pelean,

resisten las lágrimas argentinas.

País herido

Gris el cielo, amanece

sobre la forzada tristeza

que en tu gente renace

por doler tanto tu ultraje,

otra vez, una más, país. 

Y penosamente se resigna la noche

a que las primeras luces del día

quiebren la tregua del sueño,

y la realidad regresa impía

con su carga de desesperanza. 

Nuevamente te hieren;

me lastima la impotencia. 

Los rostros en la calle

que ayer, y ya antes,

cruzó mi paso angustiado

son las duras imágenes

que transitan mi desvelo. 

No quedan rincones,

ningún espacio alcanza,

todo vale nada,

nada nos dejan

más que la lágrima y la vida. 

Nuevamente te hieren;

y me falta coraje

para poder preguntarte

si a vos, país, y a tu gente

han herido de muerte. 

Modernist Autumn, de Dougall